El camino del agua rumbo a la planta de saneamiento del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL) es largo y tortuoso. Una de las muchas Plantas de Tratamiento de Aguas se encuentra en la colonia “Periodistas Mexicanos” mejor conocida como la Jacinto López.
Así es como el H2O se limpia y se transforma, porque no es necesario que se conmemore el Día Mundial del Agua para comprender su importancia, y para preservarla. Sobre el funcionamiento de la planta, habla el ingeniero Ulises Sánchez, quien tiene diez años en SAPAL.
Muchas personas han visto las plantas de tratamiento o saneamiento. Sin duda alguna, las han contemplado, con sus tubos, sus procesos y sus trabajadores moviéndose de un lado a otro con sus casos reglamentarios, pero… ¿Qué son? ¿Cómo funcionan?
“En una planta de tratamiento, se hace sinergia con bacterias, con sistemas mecánicos, sistemas de aeración y difusión de aire, que nos ayuda a degradar materia orgánica que viene dentro de las aguas residuales domésticas o industriales, dependiendo el caso que sea”, comentó Sánchez.
Los ciclos de tratamiento son diversos: desde la parte crucial, que implica la separación de los sólidos (que pueden ser gruesos, medianos y finos) además de un sistema de separación de grasas, que es sumamente importante, ya que en las ciudades siempre se tendrá este tipo de descarga.
Posteriormente, se bombea el agua, y se pasa por un sistema biológico, que es un reactor donde están todas las características como el oxígeno, la comida para las bacterias que están inoculadas en el tanque. Las bacterias son autónomas, y ayudarán al personal de SAPAL a poder remover grandes cantidades de carga orgánica, como pueden ser las heces, la orina, detergentes (que ya son biodegradables) cuando se pasa un tiempo estimado de reacción de 16 horas, sale del sistema de tratamiento, y con las bacterias se remueve hasta el 99% de la carga orgánica.
Actualmente, con base en la norma 003 de la SEMARNAT, se marcan límites para descargar para contacto humano, riego o uso en la industria. Se fortalece el abastecimiento a la industria curtidora. La planta de la Jacinto López está diseñada para 25 litros por segundo, se abastece a 40 mil habitantes de 22 colonias, valiéndose de tecnología alemana.
EL CAMINO DEL AGUA “SAPAL empieza con las plantas de tratamiento alrededor de los años noventa. La Planta de Periodistas Mexicanos comenzó a diseñarse en 1998, y empezó a trabajar en el año 2000. Ahora, con las nuevas tecnologías, aseguramos la cantidad de 45 litros por segundo”, recordó Sánchez.
Lo que busca es la potabilización del agua, no para consumo humano, sino para garantizar una mayor cantidad de volumen de re-uso. Se va a reutilizar en todos los procesos, incluso en el hogar. Se van direccionados a tener una llave morada, que es el color que indica que se tiene una calidad de agua con cumplimiento 127 que es la norma que rige la potabilización a nivel nacional. Ahora se tiene la 03. Actualmente se está reutilizando el 85% de las aguas ya tratadas de todo León.
Desde que se verte el agua al desagua, esta pasa por un colector principal, que está en la parte céntrica de una vialidad. Se conecta a colectores especiales, llamados “emisores” que son de un diámetro mayor, permitiendo así que todas las aguas se puedan reunir y así garantizar que lleguen a la planta de tratamiento. Están por toda la ciudad.
En la ciudad son 17 plantas periféricas, 6 parques y 14 plantas rurales. En la planta de la Periodistas Mexicanos, llegan alrededor de 4 mil metros cúbicos al día, los cuales son tratados. En una comparativa, son 400 pipas diarias.
Sin duda alguna, pese a su esfuerzo titánico para el saneamiento, el problema de la falta de agua en Guanajuato, el país y el mundo, es sumamente serio. Sobre la importancia de preservar el vital líquido, Ulises Sánchez concluye:
“Es importante enfatizar en el uso del agua. Ser mucho más racionales. Nos estamos gastando alrededor de media pipa llenando una alberquita de fin de semana. Tenemos que garantizarla no solo para nosotros sino para futuras generaciones. Se nos está acabando. Hace unos cinco años, o poco menos, teníamos una extracción a seis metros, y ahora estamos batallando, pues la tenemos hasta de 350 metros o 400 de profundidad. Esto quiere decir que nuestros mantos se están agotando”.