Fernández-Polanco impartiendo la lección inaugural del curso 2009-2010 de la UVA. / El Norte
Cuando en 2012 recibió el Premio Internacional 'Angusto González Linares' de la Universidad de Cantabria y la Consejería de Medioambiente, el jurado destacó su trayectoria vital y profesional a favor de la defensa de los valores ambientales del entorno físico o cultural en España o en los países iberoamericanos, no en vano su trabajo era un «referente para la comunidad anaerobia mundial, tanto en aspectos académicos como en experiencias de trabajo a escala real». Fernando Fernández-Polanco Fernández de Moreda, profesor emérito de la Universidad de Valladolid, donde ha dejado una imborrable impronta profesional y personal, falleció ayer a los 75 años.
No solo era un referente mundial en la investigación en tecnología ambiental, sino también, como señala el rector de la UVA, Antonio Largo Cabrerizo, de quien era amigo personal, el impulsor de los estudios de Ingeniería Química en esta Universidad. Nacido el 22 de mayo de 1947, en 1969 se licenció en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias vallisoletana, y en 1972 obtuvo el título de doctor.
En la Universidad de Valladolid realizó toda su carrera docente, desde sus primeros años como profesor ayudante y becario de Formación del Personal Investigador, pasando por los puestos de profesor adjunto interino (1972-1975), profesor adjunto (1975-1982) y profesor agregado (1982-1983), hasta conseguir, en 1983, la cátedra de Química Técnica. Desde 2017 era profesor emérito de la Universidad vallisoletana.
Artífice e impulsor de los estuidos de Ingeniería Química en la UVA, Fernando Fernández-Polanco les dio además una dimensión internacional a través de acuerdos y convenios con Universidades extranjeras, creando dos pujantes Institutos de Investigación, atrayendo a profesores de renombre, forjando investigadores y equipos de primer nivel y logrando la acreditación de calidad del IChemE (Instituto Británico de Ingenieros Químicos). «Fernando fue la figura clave en la puesta en marcha de los estudios de Ingeniería Química, que en la actualidad constituyen una de las áreas más pujantes de la Universidad de Valladolid», remarca Largo Cabrerizo.
Fue decano de la Facultad de Ciencias entre 1990 y 1993, director del Departamento de Ingeniería Química de 1994 a 2001, presidente de la Sección de Ingeniería Química y fundador y miembro del patronato del Centro de Tecnología Azucarera (CTA) de la Univerisdad de Valladolid, Azucarera Española y EBRO Agrícolas.
El catedrático de Ingeniería Química en 2005. / El Norte
Pionero en la investigación de las tecnologías anaerobias como la alternativa más sostenible para el tratamiento de aguas y residuos, en su doble perspectiva de control de la contamninación y obtención de una fuente de energía renovable, Fernández-Polanco fue miembro de varias sociedades de su especialidad, españolas y extranjeras, autor de más de un centenar de aportaciones académicas de prestigio en forma de artículos, libros y capítulos de libros, así como de numerosas conferencias y comunicaciones en congresos internacionales, y director de un buen número de proyectos de investigación competitivos, nacionales y europeos. Dirigió además 25 tesis doctorales.
Su trabajo de investigación aplicada se tradujo en más de 80 convenios y contratos con empresas por valor de más de ocho millones de euros, la consecución de nueve patentes nacionales y la redacción de ocho informes técnicos oficiales. Además del citado Premio Internacional 'Augusto González Linares' (2012), en 2014, su Grupo de Tecnología Ambiental recibió el Premio «Honor Award» de la Internacional Water Association (IWA) y la European Water Platform por un prototipo de hidrólisis térmica en continuo utilizado para el tratamiento de aguas residuales, que fue financiado por la empresa Aqualogy y se instaló y operó en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Valadolid (Aguas de Valladolid).