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La fitodepuración es un proceso natural de filtración o descontaminación de las aguas residuales gracias a las plantas.
Más concretamente, se trata de depurar las aguas residuales mediante las bacterias ocultas en el sistema radicular de las plantas, que se conocen como plantas depuradoras.
El proceso es completamente ecológico, inodoro y puede ser muy estético.
Además, usa una serie de tecnologías diferentes que se complementan perfectamente. El sistema es muy sencillo, poco costoso si uno mismo hace parte del trabajo y es de gran interés en los proyectos de viviendas ecológicas.
La fitodepuración es un conjunto de técnicas naturales resultantes de la combinación de plantas y microorganismos del suelo en un ecosistema creado específicamente para ello.
La fitodepuración permite tratar los nitratos y fosfatos, así como los metales, que son los principales contaminantes del agua. En este sentido, el proceso de fitodepuración elimina los agentes biológicos infecciosos presentes en el agua.
En primer lugar, hay que seleccionar plantas específicas con capacidad de absorción de contaminantes.
Estas plantas están a disposición de cualquiera que quiera invertir en el proceso de fitodepuración.
Las plantas depuradoras más comunes son el bambú, los juncos, las espadañas o las juncias. Las bacterias presentes en las raíces de estas plantas tienen la propiedad de purificar el agua, debido a sus especificidades orgánicas.
En general, el proceso consta de tres etapas distintas, a saber: pretratamiento, tratamiento de los compuestos químicos y tratamiento biológico del agua.
La fitodepuración tiene ventajas ecológicas en cuanto a la reducción de la contaminación del agua. Así, es posible la reutilización del agua.
En general, el proceso de fitodepuración tiende a limpiar el agua de forma natural. La instalación de fitodepuración es casi un proceso de estanqueidad. Se trata de crear una cuenca para tratar las aguas residuales mediante plantas depuradoras durante un periodo de tiempo determinado. La inversión es menor y sólo hay que asegurarse de que cada estanque esté equipado para poder limpiarlo de vez en cuando. Además, el estanque requiere una tubería para la circulación del agua una vez depurada.
Desde el punto de vista normativo, este tipo de saneamiento no colectivo (ANC) debe ser controlado por un servicio público local, que verifica las obras, el funcionamiento y el mantenimiento de las instalaciones.
Publicado en: Tecnología verde
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