Frente a un mundo dominado por la tecnología y las máquinas, la ciudad de Sanganer mantiene viva la tradición de fabricar papel a mano a partir de desperdicios. Con más de 500 años de historia, la industria papelera es uno de los pilares principales de su economía.
Todo empieza con los desperdicios de otras industrias. En la fábrica de Kalpana Handmade Papers, los trabajadores seleccionan entre los restos procedentes de fábricas de ropa aquellas piezas que se pueden reciclar, retirando polvo o basura. De esta manera, no solo obtienen la materia prima para fabricar papel sino que, además, evitan que toneladas de desperdicios acaben en el vertedero.
Los trozos se depositan en una trituradora, de donde salen convertidos en polvo. A continuación, los trabajadores depositan cerca de 90 kilos de tela triturada y papel en un tanque con unos 1,500 litros de agua. Antiguamente, la mezcla se solía hacer manualmente y requería cerca de 6 horas de trabajo. Ahora, cuentan con una máquina que produce pulpa de papel en menos de dos horas.
El siguiente paso es el más importante de todo. Solo aquellos artesanos con años de práctica cuentan con la habilidad necesaria para convertir la pulpa en papel. Son necesarias dos personas para repartir la pulpa de manera uniforme en el tamiz. La cantidad de pulpa varía dependiendo de cuán grueso se quiere que sea el papel. Para que no se peguen las láminas, los artesanos ponen un trapo encima de la pulpa. Se trata de un proceso muy delicado, donde lo más difícil es mantener el papel estirado sobre el tamiz, asegura Según Nemi Chand Saini, dueño de la fábrica, a Business Insider.
Una vez los artesanos han realizado este proceso 1.000 veces, se introduce la pila de hojas en una prensa hidráulica para drenar el agua. A continuación, los trabajadores retiran los paños que separan manualmente las hojas uno a uno y los guardan para reutilizarlos. Las láminas de papel se cuelan en cuerdas en la azotea y se dejan secar al aire durante dos días. Una vez secas, las láminas se depositan en una máquina que las suaviza, cambiando por completo su textura.
Finalmente, con la ayuda de una guillotina para papel, los trabajadores cortan las pilas de papel a la medida deseada. Los restos vuelven al principio del proceso y serán reutilizados en la fabricación de otro lote de papel. En un solo día, la fábrica puede producir cerca de 10.000 hojas. Según el propietario, la técnica de la "lámina a lámina" les diferencia de los productores a gran escala, ya que el papel hecho a mano tiene otro aspecto, textura y diseño.
La tradición papelera de esta región se remonta al siglo XVI. Las comunidades de papeleros, llamadas Kadzis, llegaron a la India por esas fechas y se asentaron en la ciudad de Sanganer. Con la llegada del Imperio Británico en el siglo XIX, muchos fabricantes locales de papel tuvieron que cerrar, al no poder competir con las máquinas modernas. En la década de los 40, Mahatma Gandhi se hizo eco de su situación en su lucha por la independencia. Se le considera el salvador de la industria papelera artesanal de Sanganer.